Muchos de los empleados que se incorporen a la fuerza laboral en los próximos años se habrán criado en Internet, lo que ha moldeado la forma en que están conectados sus cerebros. ¿Están preparadas las empresas para esta generación de trabajadores?
Por Shelley DuBois | Fortune
Algunos los llaman "nativos digitales", y están por todas partes. Puede que incluso estés criando alguno ahora mismo. Son la próxima generación de trabajadores, e incluyen a cualquiera que haya crecido con acceso constante a Internet. Este estado de inmersión digital ha esculpido sus cerebros de formas que nunca antes habían experimentado.
"Las organizaciones tienen que reconocerlo", dice David Pescovitz, director de investigación del centro de investigación sin ánimo de lucro Institute for the Future, "porque se está produciendo una transformación en la forma de trabajar de la gente".
Por supuesto, los "nativos digitales" no son un grupo homogéneo con igual acceso a la tecnología, y sus cerebros no se adaptan a su entorno de la misma manera. Y los expertos coinciden en que se necesita mucha más investigación sobre el impacto del mundo digital en el desarrollo neuronal. Pero cada vez está más claro que los nativos digitales piensan de una forma novedosa.
A medida que el cerebro se desarrolla, refuerza las vías neuronales que le resultan más útiles. "Desde el nacimiento hasta la adolescencia, el 60% de las conexiones entre las células cerebrales se podan", afirma Gary Small, profesor de Psiquiatría del Instituto Semel de la UCLA y coautor del Programa de Prevención del Alzheimer. Como los caminos del bosque recorridos una y otra vez, algunos senderos se hacen más fuertes mientras que otros que no se usan crecen.
Los nativos digitales están reforzando las células cerebrales que regulan actividades específicas. Están acostumbrados a conectarse a una gran red de personas de forma instantánea y a extraer grandes cantidades de información. En muchos sentidos, están orientados hacia las recompensas a corto plazo, como las que se ven en los juegos, y buscarán situaciones que reproduzcan eso en un entorno laboral.
"Antes enseñábamos de una forma que exigía una enorme cantidad de memorización, pero ahora se trata más de agilidad cognitiva y multitarea", dice Paul Thompson, profesor de neurología y psiquiatría de la facultad de medicina de la UCLA. "La parte del cerebro, llamada hipocampo, que interviene en la memoria es un poco diferente de la parte multitarea de la parte frontal del cerebro".
Los jóvenes se están volviendo muy buenos en la multitarea, dice, que es básicamente un truco de la memoria de trabajo. Pero la capacidad de realizar varias tareas a la vez quizá se produce a expensas de la memoria a largo plazo, sugiere. "Los antiguos griegos tenían una memoria fantástica debido al terrible coste que suponía poner algo por escrito. Los generales del ejército sabían los nombres de todas sus tropas. Nosotros, sencillamente, no necesitamos esa memoria para nada".
Eso significa que el lóbulo frontal del cerebro, implicado en el almacenamiento de la memoria a largo plazo, se desarrolla de forma diferente en los nativos digitales, en su conjunto, que en las generaciones anteriores. La mayoría de los jóvenes son propensos a prestar atención a múltiples estímulos, todos a la vez. "No digo que sea algo bueno, no es necesariamente algo malo, pero digo que es algo", afirma Pescovitz, del Instituto para el Futuro. "Cuando veo a mi sobrina haciendo los deberes, también tiene Wikipedia abierta en su portátil, así como varias ventanas de mensajería instantánea, y está escuchando música".
Esa capacidad de responder a varios estímulos diferentes al mismo tiempo se llama "atención parcial continua". El término fue acuñado en 1997 por la escritora, consultora y asesora del Pew Internet and American Life Project Linda Stone. Se dio cuenta de que la literatura sobre psicología cognitiva se refería a la multitarea compleja, o a la alternancia entre tareas mentalmente exigentes. Pero no era eso lo que ella veía hacer a los jóvenes: no pasaban de una cosa a otra; en realidad estaban continuamente semiconcentrados en muchas cosas a la vez.
El estado de atención parcial continua tiene sus inconvenientes, dice Stone, y uno de ellos es que las investigaciones sugieren que la calidad de la atención disminuye al aumentar el número de estímulos. Pero hay otra forma de ver este cambio, que las empresas podrían utilizar en su beneficio.
La atención parcial continua no anula las otras formas que utiliza la gente para concentrarse. En otras palabras, el hecho de que los niños puedan chatear simultáneamente con sus amigos, investigar para un trabajo y ver su programa de televisión favorito no significa que sea la única forma que elijan para concentrarse. Los niños pueden seguir esforzándose para hacer un examen o construir un robot, y lo hacen. En cambio, la atención parcial continua es un enfoque en su cinturón de herramientas, dice Pescovitz, y puede ser útil.
Las empresas tienen que aceptar que los jóvenes elegirán distintas formas de prestar atención en función de la tarea que tengan entre manos. "Creo que se trata de capacitar a los jóvenes para que sigan su pasión y también de tener cierta fe y confianza en que pueden identificar cuándo centrarse. Se trata de aceptar que la atención parcial continua no sólo está bien, sino que quizá sea el mejor enfoque para navegar por un determinado paisaje mediático en este momento."
El futuro de los negocios no consistirá en cambiarlo todo para atender a una generación de gratificación instantánea. Y no se tratará de "gamificar" las tareas laborales a expensas de las recompensas a largo plazo. Pero las empresas y organizaciones tendrán que tener en cuenta que los empleados que entren en el mercado laboral en los próximos cinco, 10 ó 15 años no sólo tendrán un conjunto diferente de habilidades, sino también un nuevo conjunto de herramientas neuronales. El truco será encontrar la forma de que las empresas creen un entorno en el que esas células cerebrales aún en proceso de maduración puedan seguir creciendo.
