por Vivian Giang
Para protegerte de la próxima ronda de despidos, tienes que convencer a tus jefes de que eres valioso y de que sólo tu existencia beneficia a la empresa.
"El entorno empresarial actual no permite la satisfacción con el statu quo. Exige crecimiento y cambio constantes", escribe Mark Samuel en su libro
Cómo hacerte indispensable: El poder de la responsabilidad personal
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"Ser indispensable significa que eres adaptable, que aprendes y creces con tu organización a medida que cambia y evoluciona… al fin y al cabo, o trabajas para hacerte indispensable o trabajas para hacerte obsoleto".
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Samuel te ofrece siete consejos que te ayudarán a convertirte en la persona más valiosa para tus empleadores:
1. Nunca tomes el atajo. ¿Has conocido a muchas personas de gran éxito que sean perezosas? Para ser verdaderamente insustituible, tienes que trabajar duro. No puedes tomar atajos y seguir esperando un gran respeto.
2. Sé adaptable, no rígido. Samuel dice que ser rígido es la forma más rápida de perder tu trabajo. En una época en la que la tecnología, el entorno laboral y las técnicas de estrategia cambian constantemente, lo más pernicioso que puedes hacer para tu carrera es aferrarte a algo del pasado y negarte a cambiar.
"Lo bueno de la rigidez es que te da una sensación de control: es predecible. La entiendes, la conoces, puedes explicarla e incluso puedes enseñársela a otros", afirma. "La mala noticia es que la sensación de control suele ser falsa o, en el mejor de los casos, temporal".
"Siempre puedes saber cuándo alguien no es adaptable al cambio. Demuestran su parálisis a través de la resistencia, defendiendo lo antiguo, hablando de los "buenos viejos tiempos" o socavando los esfuerzos de cambio actuales a través de su falta de cooperación y cinismo."
3. Ser perfeccionista será tu perdición. La mayoría de la gente piensa que ser perfeccionista es lo que necesita para tener éxito, pero, en realidad, lo impide.
"El perfeccionismo fomenta la inacción: esperar hasta que podamos garantizar el éxito antes de pasar a la acción. Y esto niega la responsabilidad e impide el éxito. Esperamos el plan perfecto, la decisión perfecta y la acción perfecta que no fracasará".
4. Sé útil a los demás sin esperar nada a cambio. La mayoría de nosotros sólo hacemos cosas por otras personas si obtenemos algo a cambio, pero un empleado verdaderamente insustituible es alguien que toma decisiones y resuelve problemas por el bien de su equipo y de otros departamentos de la organización.
Cuanto más te centres en "nosotros" y no en "mí", más indispensable te volverás. Samuel cita el libro de Stephen M. R. Covey
La VELOCIDAD de la Confianza: La única cosa que lo cambia todo
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"La confianza crece cuando nuestros motivos son francos y se basan en el beneficio mutuo; en otras palabras, cuando nos preocupamos de verdad no sólo por nosotros mismos, sino también por las personas con las que interactuamos, a las que dirigimos o a las que servimos."
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5. Guíate por objetivos, no por metas. En el trabajo, tendrás objetivos que alcanzar, pero Samuel dice que estos objetivos a menudo "se establecen sin un sentido claro de finalidad". Y como la mayoría de la gente suele estar demasiado ocupada para ir más allá de sus tareas diarias, no se esfuerza por producir cambios reales. Samuel cita a Daniel H. Pink en su propio libro
Impulso: La sorprendente verdad sobre lo que nos motiva
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"Hay pruebas sustanciales que demuestran que, además de motivar el esfuerzo constructivo, la fijación de objetivos puede inducir algunos comportamientos poco éticos".
Así que no te estreses por terminar cada uno de los pasos que has anotado en tu lista de control, o se convertirá en un ciclo interminable.
6. Sé asertivo. La vida es un juego, así que juega a lo grande o vete a casa. Toma las riendas, apártate y no tengas miedo de hablar durante las reuniones por miedo a parecer poco inteligente o a equivocarte.
7. Perdona a los demás rápidamente. "La medida de la responsabilidad se basa más en cómo manejas los errores, los contratiempos y las averías que en hacerlo todo bien todo el tiempo", dice Samuel. "Se trata de la rapidez con la que puedes levantarte cuando te caes; de la rapidez con la que corriges un error que has cometido; de que se produzca poco o ningún daño a tu cliente, familiar o amigo".